top of page

El 'abandono del Espíritu' que disfraza un 'evangelio antropocéntrico'


He aquí una explicación teológica por parte del pastor Juan Manuel Vaz de la iglesia EBP (Evangelio Bíblico y Puro) acerca de cómo no es posible que el Espíritu Santo nos abandone al pecar (aquí). En realidad, en los círculos ‘cristianos’ donde se sustenta esta herejía, atiende a diversas causas:


1. Existe una falta de entendimiento acerca de la salvación, puesto que se piensa que ésta es producto de un evento o de un momento emotivo, en el que el ‘nuevo creyente’ pasa al frente de una multitud y repite una ‘oración de entrega’ creada por hombres (un rito). Muchas veces, las personas que hacen tal oración, en realidad, son movidos por emociones (un ‘buen orador’ los llevó a lamentarse de su vida actual por ‘errores’ de su pasado… sin auténtico y bíblico arrepentimiento), por conveniencia (son llevados por falsas promesas de que sus problemas –terrenales– serán solucionados… causas carnales para deseos ya de por sí carnales) o por presión psicológica (sea de masas o de una persona, que empujan a la persona a ‘entregarse’ a Cristo).


Ello no sólo pone de lado la soberanía del Espíritu Santo para llevar a quienes Él soberanamente desea y en el momento en que soberanamente desea, es decir, creen poder manipular la obra de Dios. Pero, más allá de ello, llevan a hombres naturales a creer que son espirituales (en oposición a 1ª de Corintios 2:14) y ‘sólo’ les falta ‘fuerza de voluntad’ (aunque la llaman ‘templanza’).Es decir, les llevan a pensar que es fruto del Espíritu (Gálatas 5:23), lo que más bien son obras de inmundicia (Isaías 64:6).


2. Existe una falsa concepción de la salvación, debido a que consideran que es factible perderla. El video explica mejor de lo que yo pudiera hacerlo cómo esto es bíblicamente erróneo; sólo me permito apuntar que, entre otras cosas, esa concepción afirmaría que la vida eterna recibida con la salvación (Juan 3:15-16), no fue tan eterna, porque se perdió, y que nuestro Señor Jesucristo tendría que ‘salvarlos nuevamente’ (contradiciendo Hebreos 9:18 y 1ª de Pedro 3:18).


Ahora, más allá de ello, si bien afirman que la salvación es por gracia, por medio de la fe (Romanos 3:28; Gálatas 2:16,3:2; Efesios 2:8-9, por mencionar algunos versículos solamente), piensan que se mantiene por obras. Ello implica desconocer que las ‘buenas obras’ que acontecen en la vida de una persona regenerada por el Espíritu Santo, no son más que obras de Dios y no nuestras (Efesios 2:10), para la gloria de Dios y no nuestra (1ª Corintios 1:31; 2ª Corintios 10:17; Efesios 2:9). Más aún, piensan que la obra de Cristo no fue completa (Juan 19:30) y, por ende, niegan la gracia… pues desconocen la gracia: “Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra” (Romanos 11:6).


Tristemente, los lleva a pensar (no expresa, pero sí implícitamente) que si bien entraron ‘la primera vez’ a la presencia de Dios por Cristo, es ‘su santidad’ (y no la de Cristo) la que los mantiene en la presencia de Dios. Tarde o temprano, vemos así una versión moderna de ‘cristianos’ judaizantesfariseos, legalistas, que niegan la gracia de Dios. Les pregunto, ¿acaso llegarán a la Presencia de Dios y le dirán, ‘Sí, Señor, Tú me diste salvación por gracia, pero ¿ya viste lo bien que hice para mantenerla?’? Un verdadero cristiano debe reconocer la gracia de Dios al inicio, al día a día y hasta el final de nuestra vida… no es por obras, sino por gracia.


Finalmente, esto surte dos efectos, el segundo más grave que el primero. Por un lado, los creyentes dependen del hombre y no de Dios. Pensémoslo así, si el Espíritu Santo te abandonara… ¿quién te redargüiría? ¿Tu ‘conciencia’, tu ‘fuerza de voluntad’ o el ‘súper-ungido’ cuya predicación es ‘tan poderosa’ que te regresa al buen camino? Nadie sino el Espíritu Santo es quien puede regresarnos al camino de Dios (Juan 16:8), es Dios quien endereza nuestras sendas (Proverbios 3:6, 16:9). Por ello, viene el segundo engaño: como el Espíritu Santo los dejó, regresaron 7 demonios peores de los que tenía el cliente… perdón, el creyente (haciendo uso de Mateo 12:45 y Lucas 11:26) y, por ende, demandan de la acción del hombre, ya sea el ‘súper-ungido’ para que los libere o del mismo pecador abandonado del Espíritu Santo para que se ‘auto-libere’…


El segundo efecto, más grave aún, es que a un hombre natural se le hace creer que es hijo de Dios, se le premia por su esfuerzo, se le asegura que es salvo por sus obras disfrazadas de una falsa humildad y, finalmente, cuando se presenten ante Dios, corran el riesgo de recibir estas palabras de parte de Cristo (Mateo 7:21-23):


No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.


Así, justamente así surgen las sectas: el hombre se alimenta de un falso evangelio antropocéntrico, disfrazado de cristianismo por la mención hecha de versículos aislados, y el centro de la reunión no es Cristo, sino el ‘súper-ungido’ que actúa falsamente bajo lo que él mismo le llama dones, poderes y la unción del Espíritu Santo.










bottom of page