Los que no son "frutos"
- Por Hernando J. Ochoa R.
- 4 oct 2016
- 2 Min. de lectura

Hace tiempo, comencé a darme cuenta de falsas doctrinas que se expresan en varios lugares auto-identificados como cristianos y me confundía el hecho de que, pese a las herejías dichas en el púlpito, veía el "éxito" en cuanto al número de personas que llegaban semanalmente...
Una cuestión que me confundía aún más fue el hecho de que ese "éxito" suele venderse (literalmente) como frutos ("por sus frutos los conoceréis", dice el Señor [Mateo 7:16,20]). No obstante, con el tiempo y por gracia de Dios, me di cuenta que ese número no significa nada, puesto que, por un lado, los frutos de los que habla la Biblia son otros (los del Espíritu, una vida transformada auténticamente) y, por otro, los números no representan el soporte de Dios, pues no se trata ni de democracia, ni de popularidad (el evangelio auténtico, de hecho, es todo, menos popular).
El parámetro para saber si un lugar que se dice cristiano, en efecto lo es, finalmente es la Palabra de Dios (1 Pedro 1:19), pues es la revelación misma de Dios, exhalada por el Espíritu Santo (2 Timoteo 3:16).
No obstante, la duda seguía: ¿Cómo es que, pese a las herejías dichas en el púlpito, el "éxito" subsistía? La respuesta la encontré a través de una predicación del Pastor Chuy Olivares: Dios disciplina... sin embargo, la disciplina es para Sus hijos, no para los bastardos:
Hebreos 12:4-8:
"Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: "Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, "Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
"Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
"Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos."
Palabra dura, sin duda, pero quien piense que 'todo debe estar <bien> con Dios, porque nada malo me pasa'... cuidado.