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El Verdadero Fundamento


Cuando una iglesia ve que los frutos que está dando no son buenos, es que algo en el árbol está mal (Mateo 7:15 y ss.).


La respuesta es simple: vuelve a tu fundamento, Iglesia: "Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo" (1 Corintios 3:11). Jesús lo dijo: "y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:32).


La base misma que Jesús dejó, fue la Palabra de Dios: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". (Mateo 24:35, Marcos 13:31 y Lucas 21:33 - 3 de los 4 evangelios lo registran). ¿Qué pasa cuando el pueblo de Dios se aparta de la Palabra y se funda en interpretaciones privadas, en tradiciones o en decretos? Simple: el pueblo se pierde (Oseas 4:6): "Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos."


No olvidemos la recomendación que hace Dios a todo predicador a través de Pablo (1a de Timoteo 4:1-8):

"Predica la palabra

"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. "Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupis- cencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

"Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

"Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.

"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

"Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida."

Y, ante todo, predicarla con Amor (1a de Corintios 13).


Pero aún Pedro supo reconocer que no era él la Piedra de la Iglesia, la Piedra Fundante es Jesús: 1a de Predro 2:4-8:

"La piedra viva

"Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vi- vas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofre- cer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

"Por lo cual también contiene la Escritura: "He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, precio- sa; "Y el que creyere en él, no será avergonzado.

"Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que

no creen, "La piedra que los edificadores desecharon, "Ha venido a ser la cabeza del ángulo;

"y: "Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados."


Sin duda, Pedro fue un gran apóstol y, como todo auténtico cristiano, representante (embajador) de Cristo (2a de Corintios 5:20). Finalmente, Pedro, pese a sus traiciones, fue restaurado por Jesucristo (Juan 21) y fue gracias a esa obra de Jesús y no la obra de Pedro, la que lo llevó a hacer grandes posas por la Iglesia de Cristo.(Efesios 2:10, 2a de Corintios 12:10). Varones (los apóstoles) todos humildes (sin humildad, ninguno pudo haber llegado a serlo), sencillos, escogidos para obras precisas y fines precisos; con un sólo fin: la Gloria de Dios (Isaías 43:7 y 21, 48:9 y 11; Salmo 23; Efesios 1:5-6). No obstante, difiero de que Pedro haya sido designado como la unidad de la Iglesia de Cristo (respeto, sin duda, a quien piense que sí, aún a pesar de las palabras de Cristo). Por un lado, la piedra fundante es Cristo, pero sobre ella están los profestas y los apóstoles (Efesios 2:20), es decir, todos ellos y no sólo uno. Más aún, considero que Mateo 16:18 (imágenes de este artículo son referentes al texto griego), en donde la "Roca fundante", es decir, la piedra que es fundamento de la Iglesia es la declaración de Pedro, acerca de que Jesús es el Cristo y Pedro sólo es una "piedrita" o una parte pequeña de esa roca fundante. El mismo Pedro lo entendió y cuando se postraron ante él, no lo permitió (Hechos 10:25-26), contrario a lo que muchos pseudo-cristianos de hoy permiten (aún en iglesias que se denominan evangélicas).

La división de la iglesia está plagada de "errores históricos"; sin embargo, ello no nos debe llevar


a buscar una unidad artificial, porque entonces, estaríamos haciendo algo que Jesús nunca nos mandó hacer.

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